Informe de la UCA: Declina la confianza en los medios masivos de comunicación
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Papel de diario para todos (¡al fin un poco de justicia!)
Al aprobar el senado, esta semana, la ley que declara de interés público la fabricación del papel para diarios, empezaría a cumplirse finalmente la premisa fundamental para garantizar la libertad de prensa: que todos los diarios, chicos y grandes de capital o de provincias, diarios, semanarios o mensuarios, obtengan el papel en igualdad de condiciones y al mismo precio.
Hasta ahora, Clarín y La Nación habían ejercido un monopolio vergonzoso, desde 1977, en complicidad con la dictadura militar, apropiándose de una empresa creada con el ahorro de todos los diarios del país, que durante años aportaron un porcentaje de sus importaciones (en el país no se fabricaba el insumo vital) para crear la empresa. Luego el Estado (todos nosotros) puso mucha plata, además de ventajas impositivas y de servicios, para que pudiera funcionar.
Más allá de las causas judiciales por cómo se hicieron de las acciones de Papel Prensa S. A., esta situación les permitió a los dos grandes diarios presionar a la competencia o terminar liquidándola (como ocurrió con Crónica), en beneficio exclusivo de sus intereses, y siempre con la consigna de la libertad de prensa, que en su caso fue, durante los últimos 35 años: libertad de hacer negocios a expensas de los demás.
Ahora Clarín, también se victimiza con su Cablevisión, otra empresa dominante, que desoye las intimaciones judiciales y se rige por su propia justicia. En conflicto con su rival mendocina por competencia desleal, trata de involucrar a cualquiera con tal de burlar las leyes.
Eso sí, cuenta con sus propias fuerzas en el Congreso. El director de Relaciones externas del grupo Clarín se reunió esta semana con sus diputados: Patricia Bullrich, Ricardo Gil Lavedra, Juan Pedro Tunessi, Oscar Aguad, Federico Pinedo y Eduardo Anadeo, entre otros, para diseñar la estrategia de defensa del poderoso Grupo.
La Justicia investiga a Mitre y a Magnetto por la causa de apropiación de Papel Prensa
La Cámara Federal resolvió por sorteo designar al juez Julián Ercolini para hacerse cargo de la investigación contra Héctor Magnetto y Bartolomé Mitre sobre presuntos delitos de lesa humanidad que habrían enmarcado el traspaso de la empresa Papel Prensa a los accionistas privados La Nación, Clarín y La Razón en 1976, en los inicios de la dictadura. Ya el juez porteño Daniel Rafecas había estimado que había delitos de lesa humanidad, por lo que el expediente pasó a La Plata donde se investigaban delitos similares. Pero, por una cuestión de procedimiento, la Sala Primera de la Cámara apartó a Rafecas, y ratificó la causa ante los tribunales federales de la Capital Federal. Fue en territorio porteño donde, según las denuncias de los sobrevivientes, se produjeron los “aprietes” y las torturas para que los familiares de David Graiver traspasaran las acciones a esa sociedad entre los principales diarios privados y el Estado Nacional en manos de los dictadores.
Fueron los camaristas Eduardo Farah, Eduardo Freiler y Jorge Ballestero quienes resolvieron que la causa se investigue en los tribunales federales locales, pero con otro magistrado. Ercolini (el juez ahora a cargo) es secretario de Cámara, menor de 50 años de edad, considerado independiente por sus pares y de bajo perfil.
Según informa el diario Tiempo Argentino, a fines de abril pasado, los fiscales federales Rodolfo Marcelo Molina y Hernán Schapiro dictaminaron que “la presunta transferencia compulsiva de las acciones de Papel Prensa SA, de la que eran propietarios algunos de los integrantes del denominado Grupo Graiver a las empresas La Nación, Arte Gráfico Editorial Argentino (AGEA) y La Razón habría consistido en un conjunto de acciones pergeñadas y ejecutadas en su casi totalidad en la Ciudad de Buenos Aires, con la directa intervención de la junta militar en colusión con los civiles denunciados, en el marco de una persecución por motivos políticos, económicos y religiosos, desatada desde el aparato terrorista estatal”.
La causa se disparó por denuncia de otro juez, el titular del juzgado en lo Civil y Comercial número dos, Eduardo Malde. En una asamblea celebrada en Papel Prensa en mayo de 2010, un veedor judicial enviado por el juez escuchó los relatos sobre torturas por parte de la viuda de David Graiver, Lidia Papaleo; de su ex testaferro Rafael Iannover, y del ex propietario del diario La Razón, José Pirillo. Formuló la denuncia y Rafecas realizó los primeros trámites hasta que se declaró incompetente y envió el expediente, con un puñado de fojas, a Coraza. Tiempo después fue Coraza el que se declaró incompetente y devolvió las actuaciones: para ese entonces, los fiscales ya habían acumulado unos 70 cuerpos de investigación.
Como se recordará, la idea de crear una fábrica de papel en la Argentina para substituir con el esencial insumo las exportaciones que se venían realizando, fue de un economista neo desarrollista: José Dagnino Pastore, quien lo anunció en 8 de agosto de 1969. Curiosamente, el funcionario pertenecía al gobierno de un dictador, Juan Carlos Onganía, y asumía en un intento de frenar las protestas que por entonces se sucedían sin cesar en todo el país, con el fin de darle al gobierno un tono más populista y nacionalista. Este plan, en principio contó con el rechazo de los principales medios reunidos en ADEPA.
Aunque con dificultades, el proyecto siguió adelante, con el aporte de fondos a partir de un impuesto a la importación de papel para diarios (el 10%) y un aporte del Banco Industrial de la República. El intento se continuó durante el posterior gobierno de Lanusse y otro ministro de economía más desarrollista, Aldo Ferrer, continuó el proceso desde 1970 hasta el 28 de mayo de 1971. Durante ese período hubo licitaciones y venta de acciones, con la finalidad de evitar monopolios. Propietarios de acciones, entre otros, fueron César Cívita y Editorial Abril, hasta que entra en juego David Graiver, quien se estima que había invertido en la futura fábrica de papel cerca de 15 millones de dólares.
Finalmente, en 1976, tras la muerte dudosa de Graiver, la dictadura de Videla “ofrece” la fábrica, y el control del insumo, a cuatro diarios: La Nación, La Prensa, La Razón y Clarín. La Prensa se niega a participar por razones éticas, y los otros tres “compran” muy baratas las acciones de los Graiver, entre otros, y pasan a controlar el papel, con el apoyo de la dictadura, lo que se mantiene hasta el día de hoy, en que Clarín duplica sus acciones, por la compra de una casi quebrada La Razón y aumenta su poderío, gracias a la denunciada restricción del papel a su rival de entonces, “Crónica”
El resto de los diarios del país, que no pertenecen al grupo y a su aliado La Nación, siguen esperando una justicia que todavía tarda demasiado en hacerse presente.
«Clarín miente…»
En el año 2000 los grandes medios de prensa de nuestro país (Clarín y La Nación), intentaron destruir al gremio de canillitas: primero bajando su porcentaje de ganancias y luego quitándole la exclusividad para vender diarios y revistas. Entonces, algunos de los perjudicados, iniciaron una campaña en defensa de sus fuentes de trabajo y, entre sus muchas acciones, pintaban en las paredes: “Clarín miente”.
¿Por qué fue? Porque veían que los diarios, cuando decían que su intención era garantizar la “libertad de prensa”, ocultaban que la verdadera intención era monopolizar la venta de diarios eliminando la competencia.
Porque lo cierto es que los quioscos de diarios, repartidos por todos los barrios, venden todos en igualdad de condiciones. La revista de mayor lujo está al lado de otra de deportes o de humor, y un semanario político puede estar al lado de otro de poesía. Algo que garantiza la pluralidad de voces. Para el Grupo Clarín, apoderados del papel (la materia prima), sólo les faltaría concretar la comercialización y su poder sería absoluto por sobre los posibles competidores.
En la época en que los hoy mayorcitos estudiábamos periodismo, aprendimos que un título, una foto o una tapa, tanto podía revelar la realidad como ocultarla. Por esa época pudimos advertir cómo los grandes diarios mentían, simplemente ocultando o resaltando según su interés.
Apenas iniciado el siglo, quien esto escribe tuvo posibilidad de participar en varios seminarios dictados por Adepa (que representa a los dueños de diarios). Algunos de esos seminarios eran sobre “periódicos regionales”. Allí, diarios y periódicos de todo el país contaban sus experiencias y explicaban cómo hacían para sobrevivir. Al tiempo comprendimos que los participantes no eran los que aprendían, sino que fue al revés: con las experiencias, tomadas una a una, poco tiempo después Clarín iniciaba su etapa de suplementos locales.
Y el círculo cerraba. Gracias a Videla se habían quedado con el papel en 1977, manejando los precios y las entregas fueron eliminando a la competencia (Crónica, Ámbito, entre otros), consiguieron que los gobiernos de Menem y Duhalde les entregaran las radios, los canales y el cable, luego este último licuó sus deudas durante la crisis y, por fin, monopolizando la comercialización, sólo les faltaba liquidar a los regionales en el resto del país.
Los suplementos locales del Grupo Clarín competían deslealmente con los medios locales y regionales, salían a pérdida, pero trataban de atrapar pequeños anunciantes (los grandes siempre los tuvieron), liquidaban el pequeño negocio de volantes insertados por los diareros y, de paso intimidaban a los municipios que, inmediatamente les dieron publicidad, con la esperanza de que el gran cuco los tratara bien, o que alguna vez les diera espacio en la nave insignia. Pero todavía no triunfaron; canillitas y medios pequeños lucharon para evitar que los aplasten.
Algunos logros se consiguieron. Hoy se cuestiona la adquisición y monopolio del papel, los canillitas lograron que se mantuviera su estátus, los medios más chicos y regionales resistieron muy bien y hoy, desde el parlamento (ley de medios), de la Justicia (avanzan las causas contra los que no cumplen con la ley) y desde el Estado se intenta poner límites a su poder.
Y hasta sus propios trabajadores logran éxitos en su lucha para democratizar la vida interna en el Grupo. Sin embargo, todavía pueden seguir ocultando, tergiversando, ninguneando más que nunca. Como dirían los canillitas: “Clarín miente”, “desinforma”, y cada vez con menor vergüenza.
Pueden hacerlo. Tienen derecho a defender con uñas y dientes sus intereses comerciales, pero los lectores tenemos nuestras propias armas: cuestionar, dudar, averiguar por nuestra cuenta, leer entre líneas ante cualquier medio, ante cualquier información que se presente como “la verdad”.
Acaso ese ejercicio nos podrá ayudar a ser un poco más libres, o aunque sea, menos ingenuos.
WikiLeaks: Clarín, La Nación y compañía, saben elegir lo que publican
Clarín, La Nación y compañía, saben elegir lo que publican. No hacen mención a los “periodistas cautivos” de la embajada norteamericana, a las visitas de ciertos políticos ‘argentinos’, a la calificación de ‘sensacionalista’ para el diario La Nación. Extrañamente, dedican sus tapas al rebote de sus propias opiniones en contra del gobierno actual.
Uno de los documentos, que seguramente se olvidaron de publicar, menciona algunas actitudes destituyentes de prestigiosos dirigentes locales.
Los amigos de El Noticialista tradujeron algunos de los documentos revelados por WikiLeaks, que ‘casualmente’ todavía no fueron publicados por los diarios Clarín, La Nación y subsidiarios. Allí se nombra a Diego Guelar y su jefe Mauricio Macri, Rosendo Fraga, Julio Cobos, Clarín, Elisa Carrió, Gerardo Morales, Luis Barrionuevo, Jorge Brito, Carlos Melconian, Miguel Broda.
Es un informe de Tom Kelly, el anterior encargado de negocios de la Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires, a partir de algunas charlas con políticos, economistas y periodistas locales. El resultado quedó plasmado en el informe secreto 853, del 22 de julio de 2009.
Kelly dice que le preocupaba la capacidad de Cristina Fernández para mantenerse en el Gobierno, después de la confrontación con la Mesa de Enlace y tras los resultados de las elecciones legislativas de 2009 y explica: “Gran parte de la especulación fue alimentada por los opositores más encarnizados del gobierno. Diego Guelar, un asesor de política exterior del alcalde de Buenos Aires Mauricio Macri, le dijo a un visitante miembro del Congreso en agosto pasado que `este gobierno no va a durar 60 días´», y dice que, según Macri, “los argentinos estarían `felices´ con la caída de los Kirchner.”
Kelly cuenta también que uno de los que instaron al gobernador Daniel Scioli “a romper filas con los Kirchner” durante la controversia con el campo”, le dijo que la respuesta de Scioli fue: ”yo no soy un golpista».
El más entusiasmado con la destitución – dice en el informe- era Rosendo Fraga: “De acuerdo con Fraga, el 10 de diciembre la llegada de los vencedores de las elecciones del 28 de junio creará un Congreso con el poder de quitar a CFK de su cargo. Fraga cree que los Peronistas y las fuerzas cercanas al vicepresidente Julio Cobos conspirarán para sacar a CFK de su cargo para reemplazarla por Cobos”.
En el informe secreto 853 revelado por WikiLeaks, se compara al golpe de Estado contra Zelaya en Honduras, con los planes de Fraga, Cobos y compañía. El funcionario entonces registró otras opiniones. Una de ellas fue la encuestadora Doris Capurro, Directora de la consultora Ibarómetro. “Haciéndose eco de un refrán frecuentemente escuchado”, señala Kelly en el informe, “la encuestadora Doris Capurro añade que la prensa argentina, en particular el dominante grupo de medios Clarín, a menudo sirve como «Central Golpista». Clarín, dijo, fomentó la salida de Fernando de la Rúa del poder en 2001, y sus propietarios son críticos feroces de los Kirchner.”
El diplomático también incluyó en su informe los posicionamientos de otros referentes. “Algunos parecen estar cercando a la presa. La líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, dijo inmediatamente después de la derrota del Gobierno de las elecciones de medio término que `si Cristina no reacciona en una semana, ella va a tener problemas para gobernar´. En la misma línea, el líder radical Gerardo Morales dijo hace unos días que `si el diálogo actual se desmorona, el Gobierno tendrá un margen de error tan pequeño que puede pasar cualquier cosa´. El fin de semana, el líder sindical disidente Luis Barrionuevo dijo claramente que `veo a Julio Cobos terminando el mandato de Cristina´.”
Según Kelly, el banquero Jorge Brito, “en realidad Néstor ha cambiado. De hecho, se ha vuelto loco. Jorge Brito, una vez conocido como `el banquero de Néstor´, parece creer esta teoría, confiándonos que NK parece cada vez más obsesivo y poco dispuesto a escuchar consejos. `Solía escucharme´, recordó Brito, `pero ahora ni se molesta´. Otro banquero nos dijo que `Néstor básicamente ha tenido un colapso nervioso´.»
Kelly también tuvo la oportunidad de escuchar la opinión de algunos economistas. Carlos Melconian, aliado de Mauricio Macri, advirtió que “a menos que el Gobierno de CFK levante su política económica, puede enfrentar el mismo destino sombrío que los gobiernos de Alfonsín y De la Rúa”.
El funcionario afirma: “la política del equipo económico del Gobierno es objeto de burla entre los economistas serios aquí”, como por ejemplo Miguel Broda, quien se quejaba de que «no hay un solo macroeconomista serio en todo el equipo del Ministerio de Economía”.
Según Kelly, “el banquero Brito describió al Gobierno como `formado por personas que ni siquiera pueden sumar o restar´. Él fue particularmente mordaz con Guillermo Moreno, a quien llamó un `psicópata´ que `piensa que es un genio´, pero `es tan tonto como el resto de ellos´.”
Además, “de acuerdo con Mario Blejer, `Néstor no sabe nada de economía, y para empeorar las cosas, piensa que sabe, por lo que no escucha consejo´.”
Pero el encargado de negocios de la embajada se queja de estos pronósticos. “Durante más de dos años hemos estado escuchando espantosas previsiones de una inminente y abrumadora crisis fiscal justo a la vuelta de la esquina. Sin embargo, dos de nuestros mejores contactos -Javier Alvarado, Gerente General de Banco BICE, y Juan Carlos Barboza, jefe de cambio de divisas del Banco Central- nos dicen con cierta seguridad que el Gobierno de Argentina es capaz de cumplir con sus obligaciones. En el frente de los pagos de la deuda externa, ambos dijeron de forma independiente que el Gobierno de Argentina tendrá fondos suficientes para cumplir con los pagos de la deuda en 2009 y 2010.”
Kelly finaliza su informe explicando por qué pensaba que CFK llegaría hasta el final de su mandato en 2011. “Esta recopilación de muchos argumentos que circulan alrededor de la durabilidad del régimen de CFK no pretende crear la impresión de que el gobierno está condenado. En la Misión, creemos que CFK seguirá siendo presidente hasta diciembre de 2011”, y destaca: “el tiempo probablemente está del lado de los Kirchner.”
La ley de medios está ¿qué hacemos ahora?
Sin límites: siguen con el juego sucio
En los últimos años han aumentado ese valor muy por encima de las pautas inflacionarias, aún más de lo que ellos mismos repiten hasta el cansancio en sus noticieros. Sin embargo, pese a la supuesta inflación galopante que pregonan, no quieren aumentar a los trabajadores de la Planta de Papel Prensa ni siquiera un 15% en el año. ¿En qué quedamos? A alguien le mienten. Este conflicto (que ellos quieren ocultar) ya está provocando desabastecimiento de papel para los diarios del interior, que denuncian esto como un nuevo ataque a la libertad de prensa que ellos dicen defender.
Para colmo, se conoció que el nuevo titular de la comisión de libertad de prensa de Adepa (organismo que reúne a los dueños de los diarios más poderosos) es un ex funcionario de la dictadura que favoreció a Clarín y La Nación. Está claro que para ellos defender la libertad de prensa significa defender sus negocios. Como el del cable, donde censuran a quienes los critican, y cuyo abono suben en forma constante sin motivo alguno. Se calcula que los servicios más caros del país y que más aumentos sufrieron son justamente los de cable y de provisión de Internet (Fibertel).
Cable, Internet, papel, TV, ese domino abrumador sólo puede morigerarse si el gobierno y los jueces (los dos poderes) deciden aplicar en forma consecuente la ley de medios aprobada por el Congreso de la Nación (el tercer poder) y las leyes anti monopolios que existen aquí y en todo el mundo.
De otra manera, la ciudadanía seguirá estando bajo el dominio de un grupo que ya se erigió en un cuarto poder más poderoso que los otros tres, haciendo y deshaciendo a su arbitrio e interés. En democracia, no puede existir un poder por sobre los que marca la constitución de cualquier sistema democrático.
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¿Por qué casi todos los políticos opositores se oponen a los periódicos pequeños?
Los periódicos, grandes o pequeños, se alimentan de una materia básica que es el papel. Cuando ese papel no está al alcance de todos se producen diferencias. Por ejemplo: si alguien tiene que pagarlo un 50% más caro que otro, está en inferioridad de condiciones. Pero si encima ese otro es competidor de los demás, entonces la situación es muy peligrosa. Se corre el riesgo de que el dueño del papel sea el dominador: decide a quién se lo entrega, cuánto y a qué precio. Así alguien resulta favorecido, frente a la mayoría que se ve perjudicada seriamente.
Si esa situación no es nada buena en ninguna actividad; si esa situación merece que sea investigada por deslealtad comercial en cualquier labor productiva o comercial, en el caso de la información que le llega a la población, se convierte en una seria limitación a la libertad de informarse que todos tienen garantizada por la Constitución. Y justamente eso es lo que ocurre desde 1976 con respecto a los diarios y periódicos en la Argentina. Los diarios Clarín, La Nación y La Razón, en sociedad con el gobierno de facto marginaron al resto, se quedaron con la fabricación del papel. Cualquiera que quiera tener un diario tiene que pagar mucho más el insumo básico y, además, depende de sus competidores para salir adelante. Si en cualquier negocio eso es malo, en el de la comunicación es peligroso, muy peligroso que un grupo domine la información que le llega a los ciudadanos. Y ya no importa que exista la radio, la televisión, o Internet porque como bien explica el contador Magnetto al frente del Grupo Clarín: “el dueño del papel maneja la información en la Argentina”. Ahora bien, si diarios de importancia como La Prensa, Crónica o Ámbito Financiero vienen denunciando desde hace años esa situación injusta (el primero desde 1976 porque la operación era poco ética) y los otros desde siempre; si el presidente Raúl Alfonsín denunció públicamente la extorsión de Clarín a su gobierno; si el fiscal Molinas, en 1986, dio un informe donde cuestionaba la constitución misma de Papel Prensa; si existen además denuncias de periodistas de todos los colores, que publicaron investigaciones donde se cuestiona el poco transparente paso de las acciones de la empresa a manos de aquellos diarios… Entonces, la pregunta: ¿por qué los políticos que más tienen prensa hoy se niegan siquiera a escuchar a los damnificados? Y volvemos al inicio. Se presentó un proyecto para que se declare de interés público la fabricación de papel de diario y algunos políticos se oponen. Se abrieron audiencias públicas para que los afectados expliquen su situación y algunos políticos no quieren escucharlos. Estas semanas, por ejemplo, se negaron a escuchar a Crónica, Ámbito y Página 12, de la ciudad de Buenos Aires y a los centenares de diarios y periódicos del resto del país. ¿No les importa la situación de los miles de periódicos barriales, locales y regionales que existen en la Argentina? ¿Por qué defienden con uñas y dientes a Clarín y La Nación, hoy los dueños mayoritarios del papel? ¿Son partidarios de que la información esté en pocas manos como hasta ahora? Los políticos locales, ¿todavía no se dieron cuenta de que desde hace diez años Clarín edita los zonales a pérdida para hundir cualquier manifestación de periodismo local independiente e incidir sobre los gobiernos locales? ¿Son sólo ingenuos o distraídos o están esperando un premio por debilitar la libertad de prensa? Sería bueno que de una vez por todas dijeran qué van a hacer cuando les toque gobernar: ¿seguir apoyando a los que tienen el poder de decidir sobre lo que se piensa en el país? ¿O abrir el juego para que todos puedan expresar en igualdad de condiciones sus ideas u opiniones? Por ahora sólo parecen fieles defensores de los grupos empresarios más poderosos a cargo de los diarios, la televisión, la radio y el cable de la Argentina. Y eso sí que da miedo. Link Permanente: http://www.sprensalibre.com.ar/index.php?id=3108 |
Los “6, 7, 8 zona norte” debaten sobre la inflación y los medios de prensa
Un encuentro realizado la semana pasada en Martínez muestra una sociedad que está madurando y que no se deja avasallar por verdades reveladas, capaz de reflexionar sin las “crispaciones” de la TV y sin otro compromiso que el interés común.
6, 7, 8 es hoy, sin duda, el programa más comentado de la televisión. Los principales periodistas de la TV y la radio hoy lo denigran, acusándolo de “oficialista”, pero no pueden negar que su estilo de análisis y debate sobre los medios es revolucionario en materia de comunicación.
Por lo menos en la televisión, tan acostumbrada al mensaje predigerido, donde las cosas son de una determinada manera, sin opción para el análisis, el cuestionamiento, la duda… ya se trate de un candidato, un gobierno, un jabón o un yogurt. Pero hay excepciones, en lo que hace a las radios comunitarias y a los periódicos locales, hace rato que dejaron de ser voces monocordes y unidireccionales con respecto a la información.
Prensa Libre, en este caso puede ser un ejemplo, con sus pro y con sus contras, con plantar su propia agenda, sin dejarse arrastrar por los grandes medios, tratando de mostrar, desde hace 23 años, cómo los monopolios mediáticos tergiversan la información, sólo hablan de los barrios cuando hay alguna desgracia y tratan de ocultar lo que no le sirva a sus intereses. Pero lo más interesante es que alrededor de esa propuesta de6, 7, 8, a través de Internet (Facebook) comenzaron a nuclearse sus seguidores, que luego se reunieron en sus barrios y hoy funcionan como grupos autónomos juntándose (físicamente o en la red), discutiendo y tratando de saber más sobre la realidad, sin preconceptos ni odios.
Así, uno de esos grupos (6, 7, 8 zona norte para todos), que tiene sus adeptos en la red social, empezó a debatir sobre diversos temas, sin prejuicios y sin preguntarse procedencias o banderías. La semana pasada, más de 50 personas fueron a un colegio para ver un video realizado por Suteba, donde Mariana González, Alfredo Zaiat y Hugo Yasky respondían sobre el origen, los motivos y las experiencias inflacionarias ocurridas en la Argentina y la forma de conjurarla. Pero más allá del debate, y las diferentes opiniones o experiencias, lo más interesante fue el diálogo que se estableció en ese ámbito, la convivencia entre diferentes visiones y distintos saberes; algo impensable en una sociedad donde parecía dominarel histerismo de TN.
Entre una concurrencia donde se mezclaban jubilados y adolescentes, no se distinguían militantes políticos o imposiciones ideológicas; los ciudadanos comunes, los vecinos, dieron a conocer su visión, sus experiencias y sus ideas, con diferencias y con aportes sensibles, sin latiguillos ni consignas, pero con mucho sentimiento, con mucho deseo de participar y de aprender.
¿Acaso será cierto que la realidad que muestran los multimedios es sólo virtual? ¿Será posible que la sociedad cambie para bien? Por lo menos en zona norte este tipo de reuniones lo está haciendo posible.
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Denuncian que el gerente general de Papel Prensa cobra 120 mil pesos mensuales
El gerente general de Papel Prensa, Jorge Noseda, cobra «120 mil pesos mensuales», denunciaron hoy fuentes de esa papelera, quienes consideraron esa remuneración como «una verguenza».
(Télam) – «Noseda cobra 120 mil pesos mensuales y esto es una verguenza», afirmaron a Télam las fuentes de Papel Prensa.
Noseda, quien fue llevado en el año 1997 con el CEO de Clarín en Papel Prensa, está involucrado también en una denuncia de José Pirillo ante la Justicia como quien «recaudaba» un «retorno de entre un 10 y un 15 por ciento» por factura en esa papelera, bajo «las órdenes de Héctor Magnetto».
Pirillo refirió ante la Justicia que «esa era una práctica normal» en Papel Prensa e inclusive admitió que él mismo «había recibido dinero».