El Brasil de Bioy Casares
Es característico en Adolfo Bioy Casares ese estilo de escritura simple, donde todo parece transcurrir con absoluta ligereza, sin aparente trascendencia, pero del que es muy difícil escapar, por la intensidad con que atrapa al lector. A veces contando anécdotas inesperadas, pero siempre entregando percepciones delicadas sobre lo que lo rodea, y que parece obligar a sus lectores a prestar infinita atención a sus agudas observaciones; siempre dispuesto a encontrar detalles que escapan a cualquier visión superficial.
Editorial La Compañía editó hace muy poco un diario de viaje, con el título de Unos días en el Brasil, donde relata su participación en un congreso de escritores del PEN Club en 1960, realizado en Brasil. Hubo una edición en 1991 de 300 ejemplares, que había pasado casi inadvertida porque no fueron vendidos, sino regalados por Bioy a sus amigos. O sea que esta es la primera oportunidad para el lector de a pie para adquirir un ejemplar; y con un agregado, las fotografías que se publican son las tomadas por el propio Bioy Casares en de Brasilia y que hasta esta edición no habían sido dadas a conocer.
Adolfo Bioy Casares (1914-1999) es autor de varias novelas y cuentos, algunos de ellos transformados en guiones de películas. De ellos se pueden recordar, por ejemplo: Dormir al Sol, Diario de la guerra del cerdo, La invención de Morel, El sueño de los héroes, algunas de sus novelas más famosas. La trama celeste y El lado de la sombra recogen varios de sus relatos. Pero no se quedó allí, junto a su mujer, Silvina Ocampo y su amigo Jorge Luis Borges realizó una imperdible Antología de la literatura fantástica. Escribió a cuatro manos con Borges innumerables relatos, además de su diario póstumo Borges (2006) y el Diccionario del argentino exquisito, una irónica forma de burlarse de los que pretenden agregar palabras difíciles a sus textos para mostrar sus conocimientos y su mediocridad.
En este diario Bioy recurre a la evocación de Ophelia, una “chiquilina” brasileña conocida en un viaje a Francia en 1951, que recuerda enamorada de su prestancia de seductor y a la que espera encontrar casualmente en su viaje de casi una década después. Bioy escribe su diario mientras transcurren esos días, con la sombra de su amor brasileño, sin dedicarse demasiado a divagaciones literarias. Es una participación casi por compromiso, en un congreso en el que no hablará, ya que aclara que él es un “escritor por escrito”, donde las descripciones de los personajes con los que trata, los lugares a donde concurre a comer o las ciudades que vista, son atrapantes. Moravia, Roger Callois, Graham Greene, son algunos de los escritores con los que comparte momentos.
Y si algo le faltaba a este breve texto es un posfacio, como a los que nos tiene acostumbrado La Compañía, escrito por Michel Lafon, escritor, ensayista y editor de las novelas completas de Bioy Casares en Francia, entre otras obras que tradujo y editó.
Lafon se proclama admirador fanático de Bioy Casares desde los 18 años cuando empezó a leer su novelas, y relata sus encuentros con el escritor, su amistad, sus vínculos intelectuales, también en forma de diario, aunque más extenso en el tiempo, ya que va desde sus primeros encuentros en 1991, hasta momentos antes de su muerte. Su relación con otros amigos de Bioy, otros escritores, su hijo… En fin, un relato apropiado para los admiradores de Adolfo Bioy Casares, para los amantes de la buena escritura, un libro para tener en cuenta.
Unos días en Brasil
Adolfo Bioy Casares
Editorial La Compañía
Posfacio de Michel Lafon
82 pág. $58
Los edificios de altura cambian la cara de los barrios
La municipalidad de Vicente López evalúa si continuará permitiendo la construcción de edificios en zonas cercanas a la estación Florida y La Lucila. El problema también se da en otros municipios y en la Ciudad de Buenos Aires.
El 30 de julio Prensa Libre publicó una nota sobre el cambio abrupto que se veía en varias calles de Florida, donde edificios de hasta cinco pisos pasaron a ocupar el lugar que antes ocupaban tradicionales casas del barrio. El avance de estas obras provocó muchas quejas e inconvenientes a los vecinos, y la municipalidad decidió suspender por 180 días todos los pedidos para nuevas construcciones, tanto en Florida como en La Lucila. Las manzanas afectadas son la 2 y la 12 de Florida Este, entre las calles Ayacucho, Urquiza, España y Av. San Martín; y las manzanas 46, 60, 73 y 85 de La Lucila, entre las calles Rawson, Bermúdez, Rioja y Bouchard. Ambas, zonas cercanas a la estación de tren y con un gran desarrollo comercial.
Según las inmobiliarias, el precio promedio de un departamento en esas calles ronda los US$ 2.200 por m2 y se venden incluso antes de estar terminados. “Barrios que se caracterizaban por su tranquilidad y estilo, se han convertido ahora en sitios ruidosos, llenos de comercios, edificios y autos” dice Alberto Núñez, un vecino de Florida Este y agrega: “Más allá de lo mucho que ha cambiado estéticamente el barrio, para peor por supuesto, este desarrollo urbano desmesurado trae otros problemas, tales como el colapso de cloacas, la disminución en la presión del agua, el exceso de autos en la calle que dificultan el estacionamiento y aumentan los ruidos y la polución”.
Los reclamos de los vecinos van: desde el pedido para que se frene toda nueva construcción (porque no sólo el barrio perdió parte de su belleza, sino que además no se puede caminar por las veredas debido a los restos de construcción, volquetes y camiones), hasta el reclamo de que rezonifiquen sus calles de R1 a C2 para poder vender sus casas a mejor precio y mudarse de barrio. Debido a las inquietudes y al malestar de los vecinos, la municipalidad decidió suspender, mediante el decreto 2791/10, provisoriamente y por un término de ciento ochenta días la recepción de todo trámite tendiente a registrar nuevas obras en estas zonas. El decreto fue firmado el 6 de agosto de 2010 por el intendente Enrique García y por el Secretario de Planeamiento, Carlos Guntín con la idea de evaluar bien la situación antes de resolver.
En entrevista con Prensa Libre, el titular de la secretaria de Planeamiento y Urbanismo creada en julio de 2009, Carlos Guntín, dijo: “Estamos haciendo un relevamiento para ver si la zona se rezonifica o queda como está. Nuestra idea es hacer reuniones con los vecinos del lugar para trabajar con ellos y sacar conclusiones que favorezcan a la mayoría. Probablemente a partir de la semana próxima, comencemos con estas reuniones y después se deberá esperar lo que resuelva el Concejo, formado hoy por 14 bloques políticos, que tiene la última palabra”.
Pasaron cuatro meses desde la firma de este decreto y la consulta vecinal aún no se inició. Según urbanistas consultados, la construcción sin frenos de edificios en una zona reducida puede ocasionar muchos trastornos en la vida cotidiana de un barrio. Es indudable que construir nuevas viviendas en estas zonas representa un negocio inmobiliario altamente rentable, pero también lo es que el crecimiento urbanístico debe darse de manera sustentable y responsable que, más allá del buen negocio que pueda representar para algunos, debe tratar de preservar los lugares verdes y de mejorar la calidad de vida de los vecinos.
También en San Andrés
El viernes 10 de diciembre a las 19.30, en la intersección de las calles Ayacucho y Diego Pombo, se realizará una segunda protesta directa. Los vecinos de San Andrés realizan la protesta «para manifestar el enorme malestar de los vecinos con la imparable construcción de edificios en el barrio que desconfiguran y alteran las características y servicios esenciales del barrio. Luego de más de tres años de reclamos de todo tipo, los vecinos se juntan para decir ¡Basta de edificios en San Andrés!»
Estos y otros temas los vecinos lo tratan en su página: http://www.vecinosdesanandres.com.ar Link Permanente: http://www.sprensalibre.com.ar/index.php?id=3307
Tras un día de tensión, continúa la defensa de la costa
Tras una tensa jornada, los jóvenes que acampaban en el campo municipal Nº 3, lograron retirarse sin ser reprimidos por la policía y con un compromiso garantizado por el Ministro de Justicia de la Nación, Julio Alak, de que la comuna no ingresará topadoras hasta al menos el miércoles 26 de mayo a la finalización del horario judicial. El alto funcionario y el premio Nóbel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel -que negoció por los jóvenes- sellaron el acuerdo telefónicamente. La policía se comprometió por escrito, con el visto bueno del fiscal actuante, a garantizar, en la práctica, el no ingreso de las topadoras municipales. El oficio fue firmado por diputados nacionales y provinciales, concejales, entidades vecinales, autoridades policiales y jóvenes. Más de 800 vecinos festejaron el acuerdo bailando a las puertas del predio.
Anoche poco después de las 24, en el campo deportivo Nº 3, sito en la costa de Vicente López, se firmó un oficio por el cual un grupo de jóvenes, que acampaba en el lugar, en defensa de los espacios verdes, se retiró y la policía se comprometió a resguardarlo de las topadoras municipales que quieren destruirlo.
Al frente del operativo policial estaba el propio Jefe Departamental, Jorge Nasrala. Llegaban diferentes personalidades públicas. Los diputados nacionales Horacio Alcuaz y Vilma Ripoll, la diputada provincial, Liliana Piani, el titular de Red Solidaria, Juan Carr, el premio Nóbel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, entre otros.
Las propuestas se dividieron entre los que proponían quedarse y sostener las consecuencias sin más, los que sostenían que el compromiso se materialice por escrito y los que planteaban aceptar la propuesta de Alak sin más, en virtud de la garantía que representaba la participación de Pérez Esquivel como interlocutor.
Magos: un oficio que moldea la imaginación
Dos magos de la zona norte le contaron a Prensa Libre los pormenores del oficio, el trabajo para recrear con originalidad al personaje que se presenta en escena; los desafíos para mantener vigencia en una época en la que la ilusión está de capa caída, y las maneras de hacer ver el arte de la magia como lo que es, una manera de ganarse la vida, sin duda original pero no muy diferente a otras labores, especialidades y quehaceres.
¿Quién no escuchó decir alguna vez que para vivir en nuestro país hay que ser mago? Más allá de la generalización, efectivamente hay personas -y las hay en la zona norte también- que eligieron la magia como oficio para ganarse el pan y moldean cotidianamente una materia prima por demás delicada: la imaginación.
El mago Vander vive en Vicente López, cerca de la avenida Gral. Paz. Su taller es un amplio ambiente, en el departamento que habita con su familia, para nada cargado de muebles, con un espejo amplio sobre la pared, una computadora y el cajón donde están los elementos para las ilusiones, fabricado por él mismo.
En otro sector esperan las funciones una paloma, un conejo, una chinchilla y un erizo africano, simpático animalito, del tamaño de un hamster, recubierto de púas. También forman parte de los elementos básicos de trabajo la galera, un recuerdo del mítico mago Dominó, y un escenario plegable que se abre a la velocidad de un chasquido.
El mago JavierBernigaud vive en San Fernando y junto con las funciones, lo más típico del oficio, gerencia un local de venta de instrumentos de magia y una escuela para principiantes de todas las edades. «Lo mágico se ha perdido con el tiempo por eso es clave saber crear el ambiente para que surja el efecto mágico» sostiene.
Los que más se acercan a su escuela son los adultos, para que el momento mágico los excluya, al menos durante el lapso que dura la clase, de los problemas que plantea la vida real. Los chicos concurren desde los siete años aproximadamente, y las mujeres son las que menos se interesan.
Vander se inició en el oficio hace catorce años, primero con un colega de sus épocas de profesor de educación física y luego con el campeón mundial de cartomancia, Henry Evans. Su especialidad son los shows, que al año le insumen entre 300 y 400 presentaciones ante públicos de niños, adolescentes y adultos.
«Me gusta mucho el gag, el chiste certero y que la gente se divierta», sostiene Vander en charla con Prensa Libre y confirma el comentario cuando el cronista pregunta por la cualidad clave para ser mago y él, sin inmutarse, responde: «lo único que se necesita es estar inscripto en la AFIP».
Sin embargo, reconoce que el humor es un desafío que lleva su tiempo. «Es difícil el humor porque a los magos no nos enseñan», puntualiza. Luego evalúa que sus conocimientos de educación física son una ventaja para saber moverse, tanto en escena a la vista de todos, como al efectuar escapes tapado o dentro de una caja.
Luego comenta que disfruta mucho el trabajo cerca del público, la llamada magia close up, mano a mano, que se hace con monedas y barajas, entre otros elementos. Pero sus ilusiones incluyen rutinas en 3 D, fuego químico, con magnesio, sin residual y escapismo al estilo del mítico Houdini
Usa sonido amplificado, micrófono de vincha,palm, notebook. De un anotador hace corporizar una pesada bola de Bowling previamente dibujada. Usa sogas, destraba aros de acero ensortijados, hace aparecer y desaparecer monedas. Y una vez que tiene dominado un truco, el entrenamiento serán las propias funciones ante el público.
Ambiente
Para el mago Javier la clave de una buena comunicación con el público es demostrar que todo sucede porque el mago lo ejecuta. «A veces pasa que el espectador, sobre todo el adulto, conoce el truco, pero una vez que vio la ejecución te dice: a pesar de que sé el secreto no me importa cuando veo hacerlo bien».
Javier se especializa en manipulación de elementos. Puede ser la baraja, una bola de madera o un material similar, dedales, sogas. Sus primeras presentaciones fueron en el Parque de la Costa, de Tigre. Se formó en la escuela de Adrián Guerra y se interesó en el oficio por los programas sobre el tema de HBO.
Forma parte de la Entidad Mágica Argentina (EMA) y del Club Porteño de Ilusionismo. El mago sanfernandino asegura que la comunicación entre colegas es muy fluida, y sostiene que la creencia de que se esconden los secretos de los trucos, entre los del oficio, es más una leyenda urbana que una práctica entre la membresía mágica.
Luego explica que la magia necesita complementos como el teatro y la expresión corporal para mantener el cuerpo suelto y relajado al presentar las ilusiones; y también canto, o locución,para que la voz sea un elemento de atención para el público. Saber presentar la ilusión también mejora hasta el truco más trillado.
Sus presentaciones incluyen el acto de la mujer cortada al medio; el interlude, que es una caja que permite atravesar a quien se mete, como si tuviera un cuerpo inmaterial, actos de mentalismo (adivinar números de barajas, por ejemplo) y la manipulación, donde se siente en su salsa.
«La magia es cara» advierte sobre los instrumentos, aparatos y demás elementos para hacer efectivos los trucos, pero reconoce que en las escuelas se enseña a diseñar muchos mecanismo y asegura que existen libros y videos muy útiles para aprender y accesibles a través de la red Internet.
Para Javier la práctica es fundamental para dominar las ilusiones. Su ideal de mago esuna mezcla entre Adrián Guerra, en cuanto al dominio de las rutinas mágicas, y Norberto Jansenson, en cuanto al dominio de la presentación del truco. La combinación ideal de contenido yforma, ni más ni menos que como en la vida real.
Para conocer más sobre Vander se puede clickear www.magovander.com.ar
Para conocer más sobre Javier se puede clickear www.jbmagia.com.ar
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¡Socorro, hay una antena debajo de mi cama!
Dinosaurios, peques y piletas
Página 12
El barrio Alto Comedero, hacia donde fue creciendo San Salvador de Jujuy, se deja ver con la perspectiva del cerro. Entra uno en él como en cualquier barrio suburbano, acostumbrando los ojos a la pobreza, que aumenta en relación inversa al centro. Esto último es aplicable al mundo.
De pronto se ven las casas del barrio Túpac Amaru. Son hileras de cuadrados pintados con los colores de la tierra norteña. Celestes, amarillos, ocres, verdes. En muchos tanques de agua, que coronan las casitas como las chimeneas de los cuentos clásicos, sobre el negro brilla la imagen de Túpac Amaru. Es una imagen fuerte, desprendida de lo expresionista del retrato histórico. Es elemental: recrea el elemento indígena y el gesto resistente.
Esas viviendas sociales que a cualquier contratista del Estado le cuestan 130.000 pesos, a la organización le cuestan 86.700. Para abaratar los costos producen ellos mismos los bloques de cemento y las carpinterías metálicas. El taller metalúrgico tiene tres turnos: trabajan las 24 horas. Y apenas hubo un excedente, se montó la fábrica textil. En ella, la encargada explica las tareas de los hombres y las mujeres que costuran absortos en su trabajo y rodeados de una pulcritud luminosa. Son 146. Hacen delantales blancos. Pero también acolchados y remeras bordadas por encargo. Sobre la inmensa pared del fondo, la pared indica: “Compañero, tu patrón no comerá más de tu pobreza”.
Los orgullos actuales de la Túpac Amaru son tres: el Cemir (Centro Integral de Rehabilitación para personas discapacitadas), el Parque acuático y el Parque temático. Los tres son sorprendentes, por distintos motivos. Pero probablemente en el Cemir se concentren los ataques de emoción o de llanto de los visitantes que llegan para conocer el barrio. Sobre todo si se trata de hombres o de mujeres que alguna vez entrevieron un orden de las cosas diferente. Incluso allí se ha registrado la emoción de algún cronista con firma conocida de un gran diario. La cobertura después no reflejó ese momento.
El Centro de Rehabilitación fue construido en cuatro meses. A la entrada hay una plaza con juegos adaptados. El edificio tiene todo lo que podría tener un centro prestador de servicios de las prepagas más caras, aunque es gratuito y abierto a la comunidad. Pasará como con el tomógrafo del Centro de Integración Comunitaria. Les derivarán pacientes de los hospitales provinciales. El de la Túpac fue el segundo tomógrafo de la provincia. En el nuevo edificio hay salas preparadas para diferentes discapacidades, un enorme gimnasio acondicionado con antideslizantes, pileta climatizada, una sala con cámara Gesell para que la usen psicólogos y psicopedagogos. Hay baños en distintas versiones y con variantes de protección, y salas con la acústica preparada para discapacidades auditivas. Es probable que la emoción surja en la visita al Cemir porque allí lo que se ve es la obra de gente que fue débil y ahora es fuerte, y piensa y trabaja para otros débiles. En eso, después de todo, reside gran parte de un gran sueño colectivo que atraviesa el tiempo y las generaciones. Cuando uno se emociona en el barrio de la Túpac es porque eso ya no se sueña. Se ve.
Fue en las copas de leche, según cuenta más tarde el Reptil (que se llama Sergio, tiene 23 años y es hijo de Milagro Sala), que detectaron que en las casas había niños y adultos discapacitados. Muchos estaban en la cama. Las familias no sabían qué hacer con ellos. Tomaron cuatro casas y provisoriamente armaron un centro de rehabilitación para que esas primeras cincuenta personas tuvieran asistencia. Ahora están listos para recibir a muchos más.
Pero son los Parques los que delatan un aspecto un poco surrealista de la Túpac. Los parques, que están hechos y pensados para la comunidad pero en especial para los niños, tienen una identidad por el momento indescifrable, porque es una identidad en construcción. La Túpac Amaru ya no es la organización social conocida por hacer miles de casas. Fue la acción, la obra, la que les dio derecho al discurso político. Y aunque haya internas irresueltas entre los movimientos sociales, está claro que más allá de las resistencias tanto del sistema como de parte de la clase política, esos movimientos tienen derecho a elevar, poner en escena y pelear no sólo por sus intereses, sino también por sus convicciones. La redistribución de la riqueza siempre evita hablar de la redistribución del poder.
El parque acuático refleja la obsesión de Milagro Sala por las piletas. La Túpac ha salpicado la tierra hirviente de Jujuy con piletas de natación. Están por todas partes. Son la reivindicación del alivio y la recreación. Son piletas en las que a ningún chico le revisan la cabeza para ver si tiene piojos. El parque acuático es el clímax de ese impulso. Tiene cascadas, toboganes y consta de varias piletas encadenadas. Pero a su lado, el Parque Temático lo deja a uno boquiabierto. Los dinosaurios gigantes se alternan con esculturas de peques, los duendes patagónicos de un dibujo animado nacional. Dentro de poco, esa inmensidad de agua, animales prehistóricos y peques será coronada con un enorme arco que replicará al del Tiahuanacu. A la ligera, uno diría que todo ese conjunto da Dalí. Aunque podría dar también Lewis Carroll, con una Alicia quechua en un pequeño país de las maravillas.
Mi visita a Jujuy coincidió con un contingente mayoritariamente femenino de Carta Abierta y el Partido Humanista. Cada vez va más gente. Uno allí va a ver, a escuchar y a conocer. La manera injuriosa en la que el senador Morales elevó al conocimiento nacional la existencia de la Túpac Amaru, se resuelve en forma paradojal. El desarrollo aceitado que ha tenido esa organización, su mística y su originalidad puede plantear debates, pero si no se es un canalla perdido, despierta inequívoco respeto. Vivimos pidiendo que “se haga algo”. Hay que ir a ver cómo en el norte, una organización que se inspira en Evita, el Che y Túpac Amaru ha tomado de este último su rasgo principal. Nos es completamente desconocido, a los argentinos que venimos de los barcos, ese rasgo. Nunca nos hemos permitido el interés. No es solamente político el fenómeno de la Túpac Amaru. Es un brillante destello cultural.
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Negrito Avellaneda: «No fue en vano la lucha de 33 años»
En 1976 Floreal Edgardo Avellaneda, de 14 años, vivía con su familia en Sargento Cabral 2385, de Munro. Iris Pereyra de Avellaneda era su madre, y Floreal Avellaneda, su padre, era delegado de la fábrica textil Tensa, ambos militaban en el Partido Comunista (PC).
El abogado
El padre
La madre
La última aberración
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